jueves, 7 de mayo de 2009

Una imagen vale mas que mil palabras

(Para reflexionar y opinar)

 

Entrando en materia, ¿una imagen vale más que mil palabras? Bueno, para determinar el valor relativo de una cosa y otra, habríamos de reducir la una a la otra, o viceversa, y comparar los resultados. Pero se trata de cantidades heterogéneas. No puede usted sumar peras con manzanas, pero sí puede pensarlas como "frutas". Los japoneses y los chinos han resuelto este problema de una forma muy elegante. Su caligrafía representa las palabras, es decir, los términos que designan conceptos, mediante ideogramas. Son imágenes abstractas con una estética propia. Usted "entiende" los títulos de las películas de Kurosawa, porque "escribir" y "dibujar" no son dos conceptos separados en Oriente. En menor medida, se podría decir lo mismo de la caligrafía árabe. La palabra divina se convierte directamente en letras y símbolos.

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De manera que el factor común entre imagen y palabra es que transmiten ideas. Por lo tanto, la afirmación universal es que toda imagen transmite más ideas que todo conjunto de mil palabras. Tal vez pudiéramos medir en bits la cantidad de información que lleva cada cosa. Pero las palabras evocan imágenes mentales... que dependen del vocabulario adquirido previamente por cada receptor individual. Los filósofos llevan milenios hablando de cómo funciona este mecanismo. Hay un lenguaje de la filosofía, y toda filosofía es una filosofía del lenguaje.



Pero estamos en el siglo XXI... instalados en el culto al becerro de oro. Aquí y ahora, la medida de todo valor es el dinero. Todo se reduce a ese denominador común. Pregunta usted cuánto vale una imagen o una marca registrada, cuánto se puede pagar por la forma de la botella de cierta bebida sin alcohol, o por los derechos de adaptación de un libro al cine, o lo que vale su alma, o la mía... y la respuesta la tiene cuando cotizan en Bolsa... como todo lo demás.

 

juan_manuel@grijalvo.com


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